El origen de la expresión «pagar el pato» parece estar en la rivalidad religiosa entre cristianos y judíos. En la España de la Baja Edad Media existía gran recelo de los cristianos sobre los judíos conversos. Será ya en la Biblia Castellana editada en el siglo XVI por Casiodoro Reina donde aparecen unas anotaciones sobre el empleo de dos modismos: «Tora» por la Torá hebrea y «Pato» por el Pacto con Dios que decían tener en exclusiva los judíos.
La expresión «pagar el pato» y su curiosa historia
En las disputas entre barrios cristianos y judíos se creaban agrios enfrentamientos de esas comunidades, llevadas muchas veces a los tribunales de justicia o ante los mismos reyes. Los cristianos se mofaban de esa supuesta superioridad judía por haber sido el pueblo «elegido» por Dios denigrando ciertos aspectos de su cultura. Como en el caso del libro sagrado de la Torá, que los cristianos castellanos llamaban de forma burlona «la tora», femenino del toro o becerro, ironizando sobre lo que de verdad tenían en las sinagogas era una tora o becerra a la que adoraban.
En el caso del «Pacto / Pato» pasó algo similar. Ante la afirmación judía de tener un Pacto Sagrado y exclusivo con Dios, las burlas cristianas hicieron referencia a la amenaza de que algún día «pagarían ese Pa-c-To». Así, ese dicho burlón acabó siendo una frese popular que hacía referencia a todos aquellos que sin ser culpables o responsables de algo acaban asumiendo su coste y consecuencias, casi siempre gravosas.
La frase caló en los dichos castellanos con ese sentido de «padecer o llevar un castigo no merecido o que ha merecido otro»; y también se asoció a la idea de tener que pagar algo (como un banquete) de manera injusta, sin en realidad tener que hacerlo. Ya se sabe, a veces «pagan el pato, justos por pecadores«. Otro dicho del que hablaremos en IkonoMultimedia.
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