Mirar por encima del hombro, origen de esta expresión

Mirar por encima del hombro, origen de esta expresión

en lengua española

 

Felipe III con una gran «lechuguilla» (cubre cuello). Cuadro atribuido a Andrés López Polanco (sobre 1605)

El origen de esta expresión propia de las lenguas españolas estaría en la Corte de la monarquía española durante los siglos XVI y XVII. Concretamente hacia 1603 cuando la Corte estaba en Valladolid y reinaba Felipe III


Ser el hijo de Felipe II, el rey-emperador, debió ser muy duro. Y más si por esas cosas del devenir histórico te quedas como heredero de la mayor monarquía «universal» que había existido en siglos. Felipe III, llevó esa carga como pudo. Para alejarse de la larga sombra del esplendor de su padre intentó desmarcarse de él con pequeños detalles. Por ejemplo, en el gusto por la indumentaria cortesana. Si en la época de su progenitor la moda en la vestimenta de los cortesanos se vio influida por la sobriedad que gastaba el monarca, él quiso dar un toque más vitalista a esa moda cortesana.

Mirar por encima del hombro. La princesa de Éboli con gorguera o lechuguilla

Mirar por encima del hombro, una cuestión de «cubre cuellos»

Aunque los alzacuellos o cubre cuellos de gran tamaño ya se usaban en pleno siglo XVI, que ocupó todo el largo reinado de Felipe II de 1556 hasta su muerte en 1598, sería con su hijo Felipe III que se consolidó su uso entre nobles y burgueses. Prefirió dar a la vestimenta de Corte mayores posibilidades de adorno, alejándose del sobrio negro casi monacal de su padre que no solía llevar complementos de este tipo. También fue un atuendo usado en otras cortes europeas, sin embargo en la española se utilizaría muy a menudo y dio origen a una expresión usada hasta hoy.

«Mirar por encima del hombro» tiene el significado de sentirse superior a alguien. Cuando se dice que miramos por encima del hombro a alguien alude a «mirar con aires de superioridad»; es como indicar de alguna forma que aquella persona es inferior a ti. Y esa era la sensación que tenían los plebeyos y siervos cuando sus señores les miraban con esos alzacuellos tan grandes, siempre mirándoles con altivez. En realidad con la cabeza hacia arriba porque ese alzacuellos de su vestimenta les «obligaba» a ello.

Es decir, al ser una prenda de adorno para vestimentas de lujo, solamente se la podían permitir los nobles. Personas que por su rango social se creían en esa época superiores al resto. De esta forma, cuando un aristócrata o un gran burgués llevaba uno de estos enormes alzacuellos no podía mover bien la cabeza. Ni mirar al suelo con naturalidad o bajar la cabeza para dirigirse a alguien al hablar, por eso siempre iban con la mirada altiva: mirando por encima del hombro 😉


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