«No, no me lo diga. Usted también está de vacaciones o está pensando en tomarlas en breve. Cerrado por vacaciones. Bueno, es lo normal o el tener vacaciones se procura hacer algo normal en estas fechas porque también es evidente que muchas personas no pueden ahora «tomar vacaciones». El verano es el período más indicado para unas jornadas vacacionales más largas»
Sin embargo, eso de hacer vacaciones durante casi un mes es algo extraño en la historia del mundo. Las cosechas y el ganado no permiten tomarse vacaciones. La caza y la pesca dependen de unas temporadas precisas, el resto del tiempo no se está de vacaciones, se suele estar a la espera.
Será con la industrialización y la preponderancia urbana que el trabajo por cuenta ajena se haga mayoritario, en empresas (fábricas) o entidades públicas al servicio de las ciudades (funcionarios). Ese trabajo regulado, por horas y semanas, necesitaba periodos de descanso.
Veamos cómo se consiguieron…
Cerrado por vacaciones, pero las vacaciones «universales», para todos
Se debe aclarar que estamos contando el origen de las «vacaciones universales» ola vacación (temporada sin obligaciones) que consiguió la clase social más numerosa, la trabajadora. No cuentan los largos periodos que se tomaban los patricios romanos en sus villas campestres vigilando la labranza del verano, dejando sus obligaciones en la urbe durante ese tiempo estival. Ni tampoco podemos contar como vacaciones, la moda que tuvieron los nobles del siglo XVIII de abandonar en verano las grandes ciudades y buscar la frescura de ríos y lagos en palacetes veraniegos. No, hablamos de algo que ahora nos parece un derecho de todos y desde siempre: el «derecho a vacaciones». Un derecho que consiguió estar articulado en la Declaración Universal de Derechos Humanos:
En concreto es el artículo 24 y dice así: “Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”. (19-12-1948)
Vacaciones, cerrados durante las vacaciones
El primer gesto político que puso los cimientos para la consagración del derecho de vacaciones lo tuvo un presidente socialista en la Francia de 1936. El Frente Popular (agrupación de fuerzas de Izquierda) gobernaba en París y el presidente Léon Blum deseaba aglutinar todo el apoyo de los trabajadores en una convulsa Francia, que se debatía entre el empuje nazi y los ecos de la revolución socialista en la Unión Soviética.
Cerrado por vacaciones, depende de la productividad laboral
El 11 de julio de 1936 se decreta la jornada laboral de 40 horas semanales, de lunes a viernes, colocando la primera piedra de la regulación del tiempo productivo. El gobierno de Blum también deseaba establecer un periodo de descanso más largo que un fin de semana. Los empresarios cedieron ante el temor de una auténtica revolución obrera y se establecieron por ley 15 días de vacación, con la paga incluida.
La II Guerra Mundialsupondría un parón en todas las reivindicaciones obreras. Centrada la producción y su esfuerzo laboral de todos los países en la fabricación de armamento, se volvió a unas jornadas exhaustivas para garantizar los objetivos productivos en armas, municiones, suministros… Sin embargo, tras la Carta de Derechos Humanos de 1948 y la vuelta a una productividad en paz, se volvió a regular el periodo de vacaciones que llegaría a los 30 días por año trabajado.
Cerrado por vacaciones, una necesidad
Una de las facetas claves de las vacaciones ha sido el auge y desarrollo del turismo vacacional, una industria que contribuyó al desarrollo de los países. El período de vacación ha quedado estipulado como algo normal; claro está, que los tiempos de crisis económicas, las reformas laborales y los cambios en la estructura del mercado laboral han afectado a este derecho de vacaciones. El que sean pagadas o no también depende del trabajo, si es por cuenta propia -autónomo- o ajena -empleado-. De una forma u otra, más tarde que temprano, «ciérrese un tiempo por vacaciones».