Halloween contado para niños y niñas. Cómo una historia de la Antigüedad con ingredientes
de terror y miedo gusta tanto a los más peques de la casa
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que naciera Jesús y pudieras celebrar la Navidad, había un pueblo llamado los Celtas. Estos hombres y mujeres, niños y niñas, que se llamaban los Celtas, se parecían a los vikingos en muchas cosas y eran familia. Te suena Vickye el vikingo ¿No? Pues dile a tus padres que te pongan un capítulo de la serie, es muy divertida y podría servirte de disfraz para Halloween.
Bueno, ya sabes mejor quiénes eran los Celtas. Pues este pueblo hace 3.000 años, más o menos, celebraba una fiesta o festival de Samhain en la noche del 31 de octubre al día 1 de noviembre. Significaba «el final de la cosecha» y para ellos era su Año Nuevo, como la fiesta que celebras en Navidades. Durante esa fiesta los celtas pensaban que los espíritus de sus antepasados – son los abuelos de los abuelos 😉 – vagaban por los campos y pueblos en su camino hacia el más allá, el cielo que decimos nosotros. Para estos pueblos antiguos también era el regreso de estos abuelos de los abuelos, en forma de espíritus buenos, al hogar de sus familias.
Lo que pasaba es que lo hacían junto a raras criaturas, como demonios, brujas o hadas que intentaban engañarlos para no llegar al cielo. Así que pensaron en disfrazarse con disfraces que dieran miedo a esas criaturas, como de fieros animales o de monstruos más feos que ellos. De esta manera echaban a esos malos espíritus y ayudaban a los buenos espíritus a encontrar su buen camino. Para ello colocaban velas en las ventanas de las casas y dejaban algo de comida en las puertas. Así estos buenos «abuelos espíritus» encontraban su lugar en el mundo y podían comer algo durante su camino.
En Irlanda, un país que existe ahora, es donde más Celtas vivieron y durante la época de las emigraciones, viajes que haces buscando una mejor casa, fueron a América. Allí, en Estados Unidos, llevaron sus tradiciones, como esta de la Fiesta de los malos y buenos espíritus, convertida ahora en la fiesta Halloween. La comida de las puertas se convirtió en caramelos y chuches que tienes que pedir disfrazado. Los disfraces antiguos para asustar a las brujas, de pieles de animales, ahora son los divertidos disfraces que te pones con tus padres, hermanos y hermanos, primos y primas, amigos y amigas…
¡¡FELIZ HALLOWEEN!! 🙂