Dar gato por liebre, origen de este dicho popular

Origen del dicho «Dar gato por liebre»

 

Estatua de un gato negro del antiguo Egipto

 Esta expresión hecha o dicho popular parece tener un origen medieval. Tuvo tanta aceptación en la lengua coloquial por surgir en ambientes muy populares, como las tabernas y posadas que atendían a los viajeros. ¡Ah! Su significado se intuye, se trata de significar con esa expresión que estás siendo víctima de un engaño, de un fraude. Sobre todo en lo referente a los precios, cuando te dan algo más barato a un precio mucho mayor o muy caro 


Durante la Edad Media y los inmediatos siglos posteriores de la Edad Moderna, los caminos de la península ibérica estaban llenos de postas. Posadas y tabernas, ventas y pequeños restaurantes, que daban cobijo y alimento a los viajeros que a pie, caballo o carruajes recorrían España. En época de crisis, años de malas cosechas, de guerras y racionamientos, surgía la picaresca con más agudeza. Los dueños de las posadas ofrecían como plato de menú carne de gato, pero lógicamente lo hacían asegurando que era de liebre o cabrito.

Las carnes del cabrito y de la liebre son más costosas de conseguir y más caras, por lo que en las tabernas solían «dar gato por liebre». Son animales que una vez despellejados y puestos a secar son de aspecto muy similar, por lo que se podía engañar a toda persona que no estuviera muy al tanto de las diferencias. Lo que no es tan similar es el sabor de la carne. En el fondo mucha gente se «sabía engañada», porque el hambre agudizaba el ingenio y muchos ya habían comido gato en sus casas. El gato era un animal que abundaba en los pueblos y no había que salir a cazar.


Dar gato por liebre, origen de este dicho popular

Al final a todos los viajeros solamente les quedaba regatear el precio con el posadero, amenazando contar por todas las villas y aldeas que en ese lugar siempre daban «gato por liebre». Se solía conseguir la rebaja, pues al hambre del viajero se unía el del posadero y su miedo a perder clientes. De todas maneras, aún sabiendo que te engañaban, la frase quedó en el imaginario popular para referirse al fraude de recibir algo de calidad inferior a un precio de calidad superior.