De todas las versiones que nos podemos encontrar en los buscadores de Internet y en los nuevos asistentes de IA, la más «literaria» es la que hace al reloj de pulsera un regalo para una reina. Por lo visto, el primer reloj de pulsera de la historia fue diseñado en 1810 para la reina Carolina Murat. Esta aristócrata era una de las hermanas pequeñas de Napoleón Bonaparte, que recibiría un regalo bastante novedoso. Napoleón encargaría al artesano relojero y joyero Abraham-Louis Breguet (1747-1823) una pulsera compuesta por trenzas de hilos de oro sobre la que montaría un reloj de bolsillo.
Parece ser que el «ingenio» no pasó de ser un bello brazalete de oro, pues la esfera que se montó no podía contener el pesado mecanismo del reloj de mano (bolsillo). Por eso, el origen del reloj de pulsera estaría en la historia del desarrollo de estas dos artesanías: la joyera y la relojera. Existe documentación sobre artilugios similares al reloj que desde el siglo XVI podían ser portados en los brazos o en la mano. Sin embargo, resultaban más bien piezas ornamentales y no eran relojes funcionales tal y como hoy los conocemos.
El reloj de pulsera de hoy nace primero como accesorio femenino
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, los relojeros de renombre como el mencionado Abraham-Louis Breguet comenzaron a crear montados en brazaletes unos relojes pequeños y delicados. Pensados para las mujeres de la alta sociedad suponían en realidad unas joyas sofisticadas más que relojes considerados útiles herramientas. Para que su uso fuera práctico y con la utilidad que hoy se le da al reloj de pulsera tendremos que ir hasta los inicios del siglo XX.
De esta manera, el origen «útil» del reloj de pulsera estará asociado a un curioso dato histórico: la revolución de la aviación. A principios del siglo XX, la aviación comenzó a ser un fenómeno de interés popular. Ya no era solamente una «aventura» de señoritos. Al ganar popularidad y ser pensada para fines de transporte, el oficio de piloto interesó a más personas. En los primeros aparatos no existían relojes en las cabinas, los pilotos necesitaban poder consultar la hora de manera rápida y precisa. Llevar un reloj de bolsillo resultaba incómodo y poco práctico. Fue entonces cuando se popularizó el reloj de pulsera como una herramienta útil y fácil de consultar mientras se hacía otra cosa, como conducir un coche o pilotar un avión.
En este sentido, Louis Cartier sería el verdadero impulsor («inventor») del reloj de pulsera masculino actual. El origen del reloj de pulsera moderno estaría en el diseño de Cartier conocido como «Santos de Cartier». Ideado para su amigo, el aviador Alberto Santos-Dumont, este reloj, lanzado a principios del siglo XX, se convirtió en un icono y ayudó a establecer el reloj de pulsera como un accesorio masculino.
El origen bélico del reloj de pulsera masculino
También la Primera Guerra Mundial, ocurrida en esas primeras décadas del siglo XX, supuso un impulso al desarrollo y adopción del reloj de pulsera como accesorio habitual. Serían los soldados participantes en esta contienda los que necesitaban sincronizar sus acciones y el reloj de pulsera se convirtió en una herramienta indispensable en el campo de batalla.
Por desgracia, una de las imágenes que se podía convertir en fotografía histórica en el origen del reloj de pulsera es la de un oficial en una trinchera mirando su muñeca para saber la hora justa del asalto contra la trinchera enemiga.
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