Salvarse por los pelos, origen de esta expresión

 El dicho popular «salvarse por los pelos», es utilizado en español cuando alguien se libra por poco de algún peligro o dificultad. Tiene varios posibles orígenes, pero el más acertado resulta muy curioso.

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Cuando se comprueba lo cerca que hemos estado de sufrir una desgracia o situación difícil, pero al final nos hemos librado de ello, podemos exclamar:

¡Salvado por los pelos!

Salvarse por los pelos, origen marinero de esta expresión coloquial

Cuando te contemos su origen verás lo apropiado que es este dicho. Lo curioso pero también comprensible que resulta su expresión en relación a su significado. En la época de las grandes exploraciones navegando por los océanos a descubrir, muchas personas se enrolaban en los barcos en busca de fortuna y se hacían marineros. Pocos sabían nadar bien y entre estos marinos cundió la idea de dejarse el pelo largo. Melenas y barbas largas flotando se veían mejor cuando alguno se caía al mar; señalaban con más detalle a esa persona que intentaba flotar. Además, tirar del pelo de esas cabezas servía para sacarlas del agua y evitar se ahogasen.

Literal: se salvaban por los pelos. Tirando de melenas y barbas largas se podía sacar la cabeza del agua de aquel marinero caído por la borda.

Pero ese aspecto tan greñudo para los marineros de tropa no gustó a algún gobernante. Fue el caso de José Bonaparte, el hermano de Napoleón que usurpó el trono español en 1808. Promulgó un decreto para que toda la marinería se cortase el pelo. Las protestas, incluso las graves revueltas no se hicieron esperar. Por raro que parezca casi nadie en el pasado, ni los navegantes más expertos, sabía nadar. Todo el mundo de la mar consideraba acertado la idea de llevar el cabello largo, como «cuerda» -tirar- de rescate del agua. El rey José I debió recular y derogar esa nueva normativa. ¡SALVADOS POR LOS PELOS! 🙂