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Donde comen dos, comen tres; origen y significado

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Cuando la Navidad se aproxima, con comidas y cenas donde aumenta el número de comensales, surge un problema para los anfitriones. Muchos se acuerdan del dicho: «Donde comen dos, comen tres». Veamos el origen de esta frase que es más histórico y curioso de lo que parece…

Banquete romano; donde comen dos, comen tres…

En el origen histórico de esta frase está nada menos que Julio César. Sobre el año 70 a. C.,  en la antigua Roma se vivía una época difícil con malas cosechas. Fue un periodo de inestabilidad política y social que llevaría a la formación del primer triunvirato. Preocupado por los problemas agrícolas, Julio César fue uno de los patricios promotores de una ley de «Reforma Agraria». Sin embargo, esta ley estaba bloqueada en el Senado por el recelo de los viejos senadores a ceder privilegios conseguidos para sus villas rurales. César pensó entonces en pedir la ayuda del prestigioso cónsul Pompeyo. Su influencia en la cámara del senado lograría cambiar de idea a muchos de los senadores y la ley se desbloquearía.


 

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La ley que quería aprobar César sobre las reformas agrícolas tan necesarias al gran Pompeyo le parecía justa y útil. Sin embargo, Marco Licinio Craso que era el segundo cónsul de la República tenía muchas más dudas. Convencer a Craso para aprobar la ley una vez expuesta en el Senado era primordial. Así que César propuso hacer una cena para los tres, donde Pompeyo le ayudase a explicar las ventajas que tenía esta necesaria ley de reforma agraria. Beneficios personales, para rentabilizar las numerosas granjas de Pompeyo y una propuesta de gobierno entre tres. Nacía el primer triunvirato. Pompeyo y Licinio Craso como cónsules oficiales y César apoyando ese gobierno con su fuerte influencia militar y familiar.

Donde comen dos, comen tres

Fuentes contemporáneas no confirmaban si la velada transcurrió con esa anécdota. Siglos más tarde, en época del Imperio romano, aparecen escritos que hacen a este dato histórico verosímil. Parece ser que al final de la cena Craso se mostraba convencido de aprobar la ley y de asumir la realidad de necesitar un gobierno de a tres en la republica de Roma. Para rubricar su disposición tomó la última pieza del ave que comían y la dividió en pechuga, ala y muslo. Repartiendo cada pedazo a los tres comensales diría: «ubi edunt duo, tres quoque » –donde comen dos, comen tres-. En la época del Renacimiento se recuperaron muchas fuentes de la Antigüedad y esa frase acabó siendo un dicho popular usado en los países de cultura latina y desde el siglo XVI por la mayoría de los reinos de Europa.

Comidas de Navidad

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